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RAUL MARCHA

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viernes, 5 de marzo de 2010

LA MENTIRA

CONSECUENCIAS DE LA MENTIRA

Por Hugo J. Byrne


Algunos afirman que hay mentiras sin consecuencias y que todo depende del tema que se trate, pero este servidor no es uno de ellos. Toda mentira tiene consecuencias y quien haya mentido o tratado de disimular algo (y toda persona ha mentido alguna vez en su vida), sabe muy bien lo que afirmo.

No es que toda mentira sea condenable. Sin afirmar que el fin pueda siempre justificar los medios, es preciso admitir que existen circunstancias en las que la actitud más admirable no es necesariamente admitir la verdad. Incluso debemos defender la virtud que entraña ocultar la verdad en aras de de la dignidad y la libertad, como aquella del prisionero que prefiere la muerte en medio de torturas inenarrables antes que informar objetivamente a los tiranos que se la infligen.

En política la mentira puede tener consecuencias trágicas. Los cubanos de mi generación recordamos con pena el incidente ocurrido entre el entonces Ministro de Educación del gobierno del Presidente Carlos Prío, Aureliano Sánchez Arango y el líder ortodoxo Eduardo Chibás. Chibás afirmó tener pruebas documentales de que Sánchez Arango tenía inversiones en Centroamérica, producto de fondos obtenidos por corrupción administrativa.

Sánchez Arango, quien como piloto aficionado volaba frecuentemente su propio avión monoplaza a Costa Rica, usando terminología de “poker”, “called Chibás’s bluff” y lo desafió a presentar las evidencias de marras. Durante ese proceso resultó obvio que Chibás no tenía ninguna prueba documental específica. Sólo podía mantener una creencia propia basada en la percepción generalizada de que en el gobierno, tanto Prío como todos sus colaboradores eran corruptos.

La opinión pública en Cuba y la inmensa mayoría de los analistas de la época relacionaron el suicidio de Chibás con el evidente descalabro sufrido en el debate con Sánchez Arango. Chibás atentó dramáticamente contra su vida dándose un disparo de revólver en el estómago y ante los micrófonos, al finalizar su cotidiana hora radial de los domingos. Aunque Chibás sobrevivió el intento e inicialmente parecía recuperarse, falleció días más tarde, víctima de súbita hemorragia interna.

Aunque a no dudarlo siempre habrá quien discrepe con esa versión de los acontecimientos, a todas luces parece la más en sintonía con la objetividad histórica. Chibás, era un individuo altamente emocional y probablemente encontró difícil aceptar la derrota cuando se evidenció que había mentido.

En el ambiente político doméstico está ocurriendo algo muy similar con la cantinela de acusaciones democráticas a la Casa Blanca de haber utilizado selectivamente la inteligencia disponible en el 2003 para deshonestamente justificar la guerra contra Sadam Hussein. No es necesario enfatizar que si estas acusaciones tuvieran un asomo de veracidad el Congreso Norteamericano tendría sobrados elementos de juicio constitucionales para destituir a Bush.

Simplemente sucede que no sólo los acusadores carecen de pruebas con las que puedan inculpar al Presidente, sino que la lógica más elemental lo exonera de semenjante absurdo. ¿Qué podría ganar Bush para Estados Unidos, su administración, su partido e incluso sus “amigos y socios” en “corporate America”, fabricando una guerra a miles de millas de este Continente, en un área de cultura, religión y política totalmente foráneas a nuestro entorno o intereses? Por supuesto, la respuesta que provee el sector más estridente y radical de la oposición es que la Casa Blanca aspiraba (entre otras razones aún más descabelladas) a controlar totalmente el petróleo de Irak.

Esta noción infantil pretende ignorar que la negociación con piratas siempre ha sido históricamente más lucrativa que la guerra, por lo menos en carrera corta. También que el crudo, cuyos yacimientos mundiales no son infinitos, tiene reservas abundantes mucho más cercanas y accesibles a Estados Unidos, por no mencionar las que pueden explotarse dentro de las fronteras nacionales sin disparar un tiro o perder una sola vida norteamericana.

Un servidor de los amables lectores no es remotamente partidario ciego de Bush y muchísimo deplora que su administración se mantenga criminalmente pasiva en vitales problemas nacionales como la seguridad de las fronteras y la necesidad imperiosa de una política nacional que conduzca no sólo a la independencia energética de Estados Unidos, sino al uso de probadas fuentes alternativas de energía, con el objetivo final de prescindir completamente del petróleo y muy en especial del petróleo importado. Nada me daría más satisfacción que Washington fuera capaz de decirle al bufón de Caracas que Estados Unidos no necesita ya el crudo que le importa (8% de la importación norteamericana y 62% de la exportación de Venezuela), junto a una sugerencia práctica de lo que puede hacer con él.

Empero, si la oposición demócrata en ambas cámaras estima que la presente baja en la popularidad presidencial tiene orígenes más profundos y prácticos que el oneroso precio de la energía o la impaciencia con la conducción de la guerra anti-terrorista en Irak, al extremo de embarcarse en una campaña difamatoria y desestabilizadora, puede estar cometiendo un caro error político. Los resultados de las recientes elecciones son ciertamente prometedores para los demócratas en 2006 y 2008, pero sabemos que en política muchas promesas nunca se cumplen.

Cuidado, el precio del crudo ha bajado y continúa bajando. La gasolina ha disminuído más de $0.50 por galón durante los dos últimos meses. La economía norteamericana aumentó en el último cuarto de año al increíble promedio de 3.8%, resultado indiscutible de la reducción en los impuestos.

Pero sobre todo, es muy importante decir la verdad para conservar la credibilidad del electorado. ¿No fue acaso el Senador Edward Kennedy quien en 1969 demorara por varias horas reportar a las autoridades un accidente fatal en el que él conducía? Toda vez que fue muy capaz de hablar con amigos, asociados y abogados durante todo ese tiempo, ¿no era ello suficiente prueba circunstancial de que probablemente se encontraba intoxicado y esperaba a que desapareciera la evidencia de su sistema? ¿Qué pruebas tiene el Senador Kennedy de que el Presidente Bush “preparó la guerra de Irak con obscuros designios políticos”? ¿Qué credibilidad puede reclamar el bien alimentado y bebido Senador por Massachussetts?

¿Quién realmente afirmó que Sadam Hussein representaba un “peligro inminente” para los Estados Unidos?, ¿fue acaso el Presidente Bush, o el supercaradura Senador Jay Rockefeller, quien hoy cínicamente acusa a Bush de engañar al público adrede? La más peligrosa de las mentiras es la calumnia, especialmente cuando no existen evidencias que prueben los alegatos.

Y toda mentira tiene consecuencias.
MARCHA.

FRUTOS BUENOS O MALOS

Con razón dice también el Señor en el evangelio a propósito de cierto árbol estéril: Hace ya tres años que me acerco a él sin encontrar fruto: lo cortaré para que no estorbe en el campo. Intercede el campesino; intercede cuando ya el hacha está a punto de caer, para cortar las raíces estériles; intercede el campesino como intercedió Moisés ante Dios; intercede diciendo: Señor, déjalo todavía un año; cavaré a su alrededor y le echaré un poco de abono; si da fruto, bien; si no, podrás venir y cortarlo. Este árbol es el género humano. El Señor lo visita en la época de los Patriarcas: el primer año, por así decir. Lo visitó en la época de la Ley y los Profetas: el segundo año.
He aquí que amanece el tercer año; casi debió ser cortado ya, pero un misericordioso intercede ante el [Todo] Misericordioso. Se mostró como intercesor quien quería mostrarse misericordioso. «Déjalo, dijo, todavía este año. Cavemos a su alrededor -una fosa es signo de humildad-; echemos un balde de abono, por si da fruto». Más todavía: puesto que una parte da fruto y otra no lo da, vendrá su dueño y la dividirá. ¿Qué significa la dividirá? Que ahora los hay buenos y los hay malos, como formando un solo montón, un solo cuerpo.

Por tanto, hermanos míos, como dije, la bosta del abono en el sitio adecuado da fruto y en el inadecuado llena de porquería el lugar. Hay alguien triste; veo que alguien está triste. Veo la bosta, busco su lugar. -«Dime, amigo, ¿por qué estás triste?» -«He perdido el dinero». No hay más que un lugar sucio; el fruto será nulo. Escuchemos al Apóstol: La tristeza según el mundo causa la muerte. No sólo es nulo el fruto; también el daño es enorme. Dígase lo mismo de las restantes cosas que producen gozo efímero, y que sería largo enumerar. Veo que otro está triste, gime y llora. Veo gran cantidad de bosta; también en este caso busco su lugar. Cuando lo vi triste y llorando, advertí también que estaba orando. Triste, con gemidos y llanto, y en oración: me hizo pensar en no sé qué buen augurio; pero todavía busco el lugar. ¿Y si ese que ora y gime con gran llanto pide la muerte para sus enemigos? El motivo es ese; pero está en llanto, oración y súplica. No hay más que un lugar sucio, el fruto será nulo.
Más grave es lo que encontramos en la Escritura. Cuando pide la muerte de su enemigo, viene a parar en la maldición que pesa sobre Judas: Su oración se convierte en pecado. Me he fijado de nuevo en otro que gemía, lloraba y oraba. Advierto la bosta, busco el lugar. Presté oído a su oración, y le escuché decir: Yo he dicho:”Señor, ten compasión de mí; sana mi alma, porque he pecado contra ti”. Gime por sus pecados; reconozco el campo y quedo a la espera del fruto. ¡Gracias a Dios! La bosta está en buen lugar; no está ahí de más, está produciendo fruto.

MARCHA.

jueves, 4 de marzo de 2010

Siempre pienso que en la vida lo importante no es no fallar, “no caerse”, sino el ver cómo reaccionamos ante una falla, si somos capaces de levantarnos de una caída.

Por eso me parece fundamental que ya en la educación que damos a nuestros niños y jóvenes, los preparemos para esa posibilidad de equivocarse, de saber superar un error, de poder “asumirlo”, “hacerse cargo” de sus fallas, y no hacerles creer que pueden ser “omnipotentes” a tal punto que si cometen un error, ya hay que hablar de “fracaso”.

Los jóvenes tienen grande ideales, están hechos para las grandes empresas, y eso no se debe aplacar, pero sí mostrarles que muchas veces la realidad nos enseña que hay logros que vienen después de algunos obstáculos que hay que superar, que muchas veces algo que llamamos fracaso, no es más que una nueva oportunidad para demostrarnos que somos capaces de salir adelante, aún cuando todo haga pensar que no valió la pena tanto esfuerzo que se ha puesto para llevar adelante una tarea.

No existe quien no se haya equivocado alguna vez, lo que sí existen seguramente son personas que han sabido sacar de sus errores nuevas fuerzas para renovar un emprendimiento y no quedarse con la amargura de pensar que todo esfuerzo es inútil y no vale la pena volver a intentarlo.

Espero que sepamos enseñar a los jóvenes que no hay una vida “sin problemas”, sin posibilidad de errores, pero que sí hay en todo hombre una capacidad para superarlos.

MARCHA.

MORIR CRISTIANAMENTE

TE ALABAMOS Y DAMOS GRACIAS, SEÑOR JESUS, POR HABERNOS
LIBERADO CON TU MUERTE Y RESURRECCION DE LA SITUACION
DE PECADO Y DE PERDICION DE LA HUMANIDAD CAIDA Y DE LA
LEY DE UNA MUERTE LLENA DE AGUSTIA QUE SE DERIVA DE
AQUELLAS. TE DAMOS GRACIAS PORQUE CADA VEZ QUE BEBEMOS DEL CALIZ DE LA SALVACION ANUNCIAMOS CON PALABRAS
DE ALABANZA TU MUERTE HASTA CUANDO RETORNES PARA
INTRODUCIRNOS EN EL REINO DEL PADRE.
TE SUPLICAMOS QUE NOS CONCEDAS A NOSOTROS Y A TODOS
LOS HOMBRES Y MUJERES LA GRACIA DE LA PERSEVERANCIA
EN TU AMOR Y UNA MUERTE FELIZ.
SANTA MARIA , MADRE DE DIOS RUEGA POR NOSOTROS, PECADORES, AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE.

RAUL MARCHA.