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RAUL MARCHA

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viernes, 5 de marzo de 2010

FRUTOS BUENOS O MALOS

Con razón dice también el Señor en el evangelio a propósito de cierto árbol estéril: Hace ya tres años que me acerco a él sin encontrar fruto: lo cortaré para que no estorbe en el campo. Intercede el campesino; intercede cuando ya el hacha está a punto de caer, para cortar las raíces estériles; intercede el campesino como intercedió Moisés ante Dios; intercede diciendo: Señor, déjalo todavía un año; cavaré a su alrededor y le echaré un poco de abono; si da fruto, bien; si no, podrás venir y cortarlo. Este árbol es el género humano. El Señor lo visita en la época de los Patriarcas: el primer año, por así decir. Lo visitó en la época de la Ley y los Profetas: el segundo año.
He aquí que amanece el tercer año; casi debió ser cortado ya, pero un misericordioso intercede ante el [Todo] Misericordioso. Se mostró como intercesor quien quería mostrarse misericordioso. «Déjalo, dijo, todavía este año. Cavemos a su alrededor -una fosa es signo de humildad-; echemos un balde de abono, por si da fruto». Más todavía: puesto que una parte da fruto y otra no lo da, vendrá su dueño y la dividirá. ¿Qué significa la dividirá? Que ahora los hay buenos y los hay malos, como formando un solo montón, un solo cuerpo.

Por tanto, hermanos míos, como dije, la bosta del abono en el sitio adecuado da fruto y en el inadecuado llena de porquería el lugar. Hay alguien triste; veo que alguien está triste. Veo la bosta, busco su lugar. -«Dime, amigo, ¿por qué estás triste?» -«He perdido el dinero». No hay más que un lugar sucio; el fruto será nulo. Escuchemos al Apóstol: La tristeza según el mundo causa la muerte. No sólo es nulo el fruto; también el daño es enorme. Dígase lo mismo de las restantes cosas que producen gozo efímero, y que sería largo enumerar. Veo que otro está triste, gime y llora. Veo gran cantidad de bosta; también en este caso busco su lugar. Cuando lo vi triste y llorando, advertí también que estaba orando. Triste, con gemidos y llanto, y en oración: me hizo pensar en no sé qué buen augurio; pero todavía busco el lugar. ¿Y si ese que ora y gime con gran llanto pide la muerte para sus enemigos? El motivo es ese; pero está en llanto, oración y súplica. No hay más que un lugar sucio, el fruto será nulo.
Más grave es lo que encontramos en la Escritura. Cuando pide la muerte de su enemigo, viene a parar en la maldición que pesa sobre Judas: Su oración se convierte en pecado. Me he fijado de nuevo en otro que gemía, lloraba y oraba. Advierto la bosta, busco el lugar. Presté oído a su oración, y le escuché decir: Yo he dicho:”Señor, ten compasión de mí; sana mi alma, porque he pecado contra ti”. Gime por sus pecados; reconozco el campo y quedo a la espera del fruto. ¡Gracias a Dios! La bosta está en buen lugar; no está ahí de más, está produciendo fruto.

MARCHA.

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